Fetish

En términos freudianos, el sadismo (término derivado por supuesto del Marqués de Sade, escritor del S. XVIII)  respondería a un componente agresivo de la pulsión sexual, devenido independiente, reforzado, y elevado por desplazamiento (descentramiento) al papel principal. En el lenguaje usual, el concepto de sadismo fluctúa entre una actitud meramente activa y dominadora, o aun violenta, hacia el objeto sexual, hasta el sometimiento y el maltrato infligidos a este último como condición exclusiva de la satisfacción. En sentido estricto, sólo este segundo caso, extremo, merece el nombre de perversión.
De manera análoga, la designación masoquismo comprende todas las actitudes pasivas con respecto a la vida erótica y el objeto sexuales, la más extrema de las cuales es el condicionamiento de la satisfacción al hecho de padecer un dolor físico o anímico producido por el objeto sexual. Como perversión, el masoquismo parece alejarse de la meta sexual normal más que su contraparte, el sadismo; en primer lugar, es dudoso que aparezca primariamente; quizá nace, de manera regular, por trasformación a partir del sadismo. A menudo puede reconocerse que el masoquismo no es otra cosa que una continuación del sadismo vuelto hacia la propia persona, la cual se coloca ahora en el lugar que en un principio ocupaba el objeto sexual.




“Voluptuosos de todas las edades y sexos, sólo a vosotros dedico esta obra; nutríos con sus principios, porque favorecen vuestras pasiones, y ellas —de las que os espantan los moralistas fríos y vacíos— no son sino los medios de que se sirve la naturaleza para conducir a los hombres hacia los fines que les ha asignado. Atended esas deliciosas pasiones; sólo ellas pueden conduciros a la felicidad” 

(“A los libertinos” La filosofía en el tocador. Marqués de Sade)


Comentarios

Entradas populares