La ataba boca abajo al respaldar de la cama
Sujetaba sus muñecas con esposas y cinturones con tachas
La dejaba inmóvil de la cintura para arriba
La desvestía con violencia pero cuidadosamente

Le separaba los glúteos con las manos
Apretando fuerte
Y comenzaba a lamerla por delante y por detrás
Introducía su lengua y sus dedos en cada oscuro y húmedo rincón
Lamía sus partes goloso, con hambre y con ansias
Alimentando su propia perversión
Encontrando placer en el poder absoluto sobre el cuerpo de su amante

Ella lloraba y reía
Lloraba y gemía
Insaciable

Él lamía una hora sin parar
Hasta hacerla acabar dos o tres veces seguidas
Mientras la golpeaba, insultaba y escupía por dentro y por fuera
Hasta que ella llorando, le rogaba que pare
Solo entonces la penetraba
Fuerte, profundo, una y otra vez
Y otra
Y otra vez…

Hasta acabar encima de ella
Con un río orgásmico corriendo entre ambos
La cama es un océano de peces y placer
La música, sólo gemidos
y después
Silencio…

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